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28/03/17 > Niños en red, padres alertas

En la columna de hoy hablamos sobre la necesidad de entender el rol del control parental, imprescindible en el cuidado de la niñez en la navegación en la web. En este sentido pensamos en aplicaciones y programas que constituyen filtros que con sólo descargarlos en nuestras computadoras funcionan a modo de guardianes de los niños cuando éstos navegan en Internet, garantizando el uso responsable y seguro.

Pensar en la infancia hoy nos remite a un estado de tensión con respecto a la infancia idealizada, su significado histórico se ha tornado un híbrido y ahora pareciera encontrarse en estado de agonía. Es sabido que el concepto de “infancia” tal como se concibió en la modernidad se encuentra interpelado, el niño que se definía por aquello que aún no era, por “lo que será” no es el niño de la posmodernidad. Al decir de Sibilia, P (2012)[1] los niños de hoy ya no se definen sólo por aquello que no son tampoco están anclados de modo determinante a estructuras fijas y universales que se encargaban de moldearlos. El niño de hoy desafía las normas y la autoridad, se posiciona en un plano de igualdad ante el adulto pero por sobre todo “consume actualidad” y en ese consumo hay conocimiento sobre lo que desean, opinan y eligen, seleccionan. El marco regulatorio que les otorga ese saber en gran parte está dado por el bombardeo de la información.

El acceso a la información trae consigo  una alerta para los adultos que debemos de dar respuesta, el hecho de que los niños accedan a cierta información trae consigo determinados inconvenientes, no es solamente una cuestión cognitiva (es decir la madurez del niño para descodificar la información recibida) sino que también tiene consecuencias sobre los parámetros que ellos usan para actuar.

Ya lo anticipaba el sociólogo y crítico cultural norteamericano Neal Postman (1980)[2]en un libro titulado “La desaparición de la infancia” donde pone en manifiesto que tanto el comportamiento, el lenguaje, las actitudes y deseos de adultos y niños se vuelven cada vez más indistinguibles. Para este autor las tecnologías propician ese rompimiento de los límites entre ser niño y adulto dado que tanto la televisión como Internet no distinguen jerarquías, “se presenta la información en forma indiferenciada en cuanto a su accesibilidad”. Este hecho hace imperiosa la mediación entre el contenido expuesto y el niño descodificando el mensaje como así también prende una alarma sobre los sitios web en los cuales navegan los niños.

En este sentido existen una variedad de programas y aplicaciones gratuitas que sirven de filtro entre el usuario menor de edad y los sitios en los cuales pueden acceder. Algunos de ellos:

Todos estos programas pueden ser descargados en cualquier tipo de dispositivo,  y ofrecen los siguientes servicios: dar alerta sobre actividades cuestionables en redes sociales, detener todas las páginas peligrosas de una web, mostrar si se usa el ordenador para hacer tareas importantes o entretenimiento, filtrar contenido inapropiado de búsquedas, permitir definir límites de uso responsable de acceso a Internet, filtrar páginas nuevas o que no han sido categorizadas todavía, bloquear dispositivos cuando se superan los límites en tiempo de accesibilidad, supervisar redes sociales como Facebook o Twitter, supervisar a más de un usuario, muestra las amistades online de los menores y el contenido que comparten, algunos  tienen la opción de añadir  un Botón del Pánico al teléfono del menor que le envía una alerta de emergencia con la localización e indican la situación exacta de los usuarios en un mapa.


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[1] Sibilia, P (2012) ¿Redes o Paredes?: la escuela en tiempos de dispersión. 1ed. Buenos Aires. Tinta Fresca

[2] Postman, N (1980) El desaparecimiento de la infancia. Rio de Janeiro. Graphia.