Docentes - Orientación y Recursos

Las Aulas Virtuales. Dos enfoques para su implementación

Por Lic. Roxana Pascolini y Lic. Alejandra Fernández >>

En este artículo abordarán dos concepciones posibles acerca de un aula virtual como recurso para las clases presenciales.



Previo a comenzar nuestro análisis, proponemos al lector reencontrarse con una simple aunque no menos necesaria pregunta: ¿Qué es un aula?

Para Dussel, I y Caruso, M (1999) el aula es “una estructura material y una estructura de comunicación entre sujetos”, al decir que es una estructura material está haciendo referencia a la constitución arquitectónica, disponibilidad de mobiliario y otros influyentes en la misma (puertas, ventanas, ventilación, etc.). Mientras que con estructura de comunicación se están refiriendo a las relaciones de autoridad y la circulación de la palabra entre los sujetos, con relaciones de saber y de poder mediatizadas por la acción docente.

Definida el aula, avancemos un paso más para significar y conceptualizar a un Aula Virtual. En principio, ésta contiene en sí todos los elementos constitutivos de cualquier acto pedagógico: un docente, un sujeto que aprende y un contenido a ser enseñado. ¿Qué agrega un aula virtual? En rasgos generales la condición de ser un espacio mediatizado por una computadora y un entorno virtual.

Al respecto, Duart, J. (2000) define las clases virtuales como los espacios donde las relaciones y la comunicación están condicionadas por la distancia física y temporal que separa al docente con sus alumnos, y éstos entre sí, sin dejar por ello de constituir un auténtico entorno propicio para la enseñanza y el aprendizaje “espacios de interacción humana en los cuales el espacio y el tiempo, como coordenadas reales para cada uno de los miembros de la comunidad, pueden relacionarse de forma asincrónica -sin coincidir ni en el tiempo ni en el espacio- con las relaciones entre cada uno de sus miembros y constituir un auténtico (es decir, real) entorno virtual”.

Nos interesa ahora hacer la diferenciación entre dos tipos de formas de entender las aulas en la virtualidad. Aulas utilizadas como repositorio de materiales; y aulas posibilitadoras de construcción activa y colaborativa de conocimiento, a la primera llamaremos Aulas como apoyo a la presencialidad, a las segundas Aulas extendidas. Si bien éste último concepto no está muy explorado en el campo de la tecnología educativa, intentaremos aquí hacer una aproximación conceptual expresándola en término de hipótesis de lo que sucede en las Aulas Virtuales con esta modalidad.

Aulas como apoyo a la presencialidad

La Real Academia Española define apoyo como:

  1. Cosa que sirve para apoyar o apoyarse.
  2. Protección, auxilio o favor.

De acuerdo a esta terminología, este tipo de aula funciona como “un auxilio”, un agregado de cuestiones de lo que sucede en la clase presencial. Desde este lugar la intencionalidad del docente está dirigida para que la misma se convierta en un espacio de reservorio de materiales, textos, guías de preguntas, videos, un espacio para “visitar, mirar y descargar” los materiales que resulten pertinentes a los alumnos. Podríamos decir que este tipo de aula podría encontrarse bajo lo que Mariana Maggio denomina inclusión efectiva, como aquellas situaciones en las que la incorporación del Aula Virtual se produce por recomendaciones, o tendencias institucionales, pero donde el docente no reconoce toda su potencialidad para generar un espacio de aprendizaje.

Podríamos preguntarnos si este tipo de aula es coherente con el fenómeno de “clase”, y si permite la participación activa del estudiante, todo su potencial para el aprendizaje el ejercicio de su intelecto y su cognición), y de su capacidad para el trabajo en conjunto con otros.

Estas definiciones serán la oportunidad para que el docente se pregunte: ¿Qué me interesa del Aula Virtual? ¿Cuál es la potencialidad que le otorgaré? ¿Qué objetivos me mueven a sustentar esta propuesta? ¿Representa una verdadera oportunidad para el aprendizaje?

No pretendemos tomar posición por uno u otro este tipo de uso, sino poder hacer visible que coexisten dos propuestas diferenciadas según la intencionalidad y la posición pedagógica del docente.

Aulas extendidas

La Universidad Simón Bolívar de Colombia en su portal educativo define el aula extendida como un “Espacio de comunicación e interacción educativa que permite al docente complementar su práctica pedagógica, social y cultural fuera del aula de clase. Ofreciendo una estructura y herramientas para la: planeación microcurricular; el diseño e implementación de cursos de e-learning; el desarrollo de actividades mediadas por TIC con sentido pedagógico y didáctico; y la complementación del desarrollo del aprendizaje autónomo y colaborativo”.

Desde el análisis de esta definición podemos reconocer que el Aula Extendida se constituye en un espacio donde enriquecer y ampliar los contenidos y las experiencias del aula presencial, donde dialoguen teoría y la práctica y donde los recursos didácticos, adquieran significatividad y transcendencia para los aprendizajes. A contrapelo del aula entendida como apoyo a la presencialidad, la extendida no sólo contiene “materiales teóricos” sino también se transforma en un espacio de comunicación pedagógica propia de los vínculos que se establecen en todo proceso de enseñanza y de aprendizaje empleando incluso también, entornos tecnológicos externos a la plataforma Moodle.

Esta definición de Aula Extendida nos lleva a una concepción anclada en el paradigma interpretativo y colaborativo de enseñanza, donde el docente enriquece su propuesta pedagógica nutriéndose de los entornos que ofrece en todas las dimensiones de la virtualidad, en un escenario enmarcado en un tipo de aprendizaje que se produce en cualquier momento y en cualquier lugar, denominado por la literatura como “aprendizaje ubicuo”.

En este sentido queremos señalar la importancia de la acción mediada del docente: acción, como acto intencional, y mediada, por el uso de herramientas culturales, que requiere de los sujetos interpretación simbólica. En los espacios virtuales las herramientas tecnológicas están mediatizadas por la alfabetización tecnológica y el valor que los destinatarios le confieren. Por lo tanto, el desafío docente es encontrar los recursos para que esta mediatización sea efectiva y eficiente.

El impacto sin precedente que estamos experimentando en términos tecnológicos nos ofrece la oportunidad de cambiar el paradigma pedagógico tradicional centrado en la figura del docente bajo métodos estandarizados de enseñanza, hacia otro que apele a las capacidades cognitivas y al trabajo colaborativo, donde la participación activa del estudiantado en la resolución de problemas, el análisis de casos, la reflexión crítica y la búsqueda del saber sean parte de un nuevo recorrido en su proceso de aprendizaje.

Les proponemos ahora volver a sus aulas virtuales, visualizarlas, explorarlas, pensarlas para descubrir en ellas si se identifican los nuevos modos de habitar en la virtualidad y animarse a transgredir los propios límites. Todo es posible, si aún no está inventado.

Bibliografia Consultada

Dussel, I. y Quevedo, L. VI Foro Latinoamericano de Educación; Educación y nuevas tecnologías: los desafíos pedagógicos ante el mundo digital – 1a ed. – Buenos Aires: Santillana, 2010

Litwin, E (compiladora): Tecnologías educativas en tiempos de Internet. Buenos Aires, Amorrortu editores, 2009

Maggio, M. Enriquecer la enseñanza, Buenos Aires, Paidós. 2012