Los adolescentes y las redes sociales
12/12/2016Todos conocemos del gran impacto y propagación cultural que tienen hoy en día las redes sociales y, como todo acontecimiento cultural nuevo, dicha propagación trae aparejada polémicas, controversias. Se encuentran aquellos que están a favor o en contra de las mismas, no solo con respecto a las redes sociales, sino a las Tecnologías de la Información y la Comunicación en general.
La introducción de una nueva tecnología históricamente a traído en general algunos debates y resistencias, se ofrecen ciertas resistencias a lo que es nuevo porque exigen una transformación, un reacomodamiento de nuestras práctica instaladas, implican una revisión de las mismas que muchas veces o no se está preparado, o incomoda o nos interpela a corrernos de nuestra zona de confort. No es la intensión tomar algún tipo de juicio de la bondad o no de las tecnologías, no nos parece que esto tenga sentido, pero sí nos parece relevante comenzar a inaugurar algunas reflexiones acerca del lugar que ocupan, por qué y para qué, y en qué aspectos podemos comprender e incidir si es necesario, desde el lugar de educadores, o adultos en general.
Paula Sibilia, una reconocida antropóloga argentina que se dedica al estudio de temas culturales contemporáneos, tiene una muy interesante explicación que a mi me ha dejado resonando mucho que es que la alta expansión de las TIC que estamos vivenciando, sería en realidad como una consecuencia de algo que buscamos y no algo que se nos impone desde afuera. Ella argumenta que no son los aparatos los que ejercen influencia o transforman al ser humano, es en realidad el hombre que ha inventado a estos aparatos porque algo ya había cambiado en nuestro mundo, en nuestro universo, que se dirige a una transformación. (Sibilia P, 2012)
Cuestiones que vienen hace tiempo transformándose hizo que fuéramos inventando estas nuevas tecnologías y nos estemos volviendo cada vez mas compatibles con los nuevos aparatos. En los temas mas recurrentes de sus ponencias, ella plantea que la construcción del sujeto, no pareciera, confinarse en la introspección, al espacio íntimo, privado, el mundo hoy nos solicita hacernos visibles y estar conectado, disponibles, reportándonos, generando y consumiendo información. (Sibilia P, 2012)
Por otro lado, desde la psicología sabemos que una característica muy importante de los seres humanos es que el sujeto nace y se constituye en relación a otro, con otros. Por primera vez en la historia de la humanidad el hombre tendría en apariencia la posibilidad de cumplir con su anhelo de que haya otro ahí todo el tiempo, disponible en cualquier momento y en cualquier lugar. Solo se necesita estar conectado.
Más allá de que estemos preparados a recibirlas a adoptarlas entre nosotros, lo cierto es que llegaron para quedarse y se vienen observando transformaciones en distintos ámbitos como la salud, la educación, la comunicación, y fundamentalmente en las subjetividades, en los modos de ser, y en lo que me he propuesto especificar en este espacio es la participación que las tecnologías tienen en los modos de construir la identidad y los modos atravesar la adolescencia.
Antes de comenzar con las reflexiones, según un informe mundial de we are sócial que es una agencia de marketing y comunicación on line, Argentina es el país con mayor porcentaje de población que usa internet en América Latina (80%), como también uno de los primeros en el mundo donde sus habitantes pasan más tiempo en las redes sociales.
De acuerdo a este sitio, los argentinos pasamos un promedio de 3 horas y 13 minutos al día en Facebook y otras redes, ocupando el tercer lugar mundial, y sólo superados por filipinos (1°) y brasileños (2°) y mexicanos (3°). (Cifras de este año)
Este último viernes 25 de noviembre concurrí a la presentación del libro El estadio del screen, editado por la editorial Letra Viva y El Sigma de edición inédita, en noviembre de 2016, como resultado del primer congreso mundial El estadio del Screen. Incidencias de la virtualidad en la constitución del lazo social, realizado en Buenos Aires en octubre de 2014. Me propongo compartir algunas de las reflexiones esbozadas dentro de los capítulos de sus autores, en su mayoría psicoanalistas, y aquellas reflexiones que me surgieron particularmente de dichas lecturas para abordar el lugar que ocupan las redes sociales en el universo de la adolescencia y por qué estos, los jóvenes las han abrazado con tanta fuerza.
Lo que plantean los autores es que para muchos jóvenes (y no tanto) las redes sociales se convirtieron en una nueva forma de generar lazos y sentido de pertenencia grupal entre los jóvenes. Así como en otras épocas ha sido el club, la plaza, la esquina, hoy es la plataforma de redes sociales como facebook, twitter, youtube, instagram. (Debo aclarar que la construcción de un espacio de pertenencia es un aspecto trascendental en el momento en que los jóvenes despegan de la seguridad del grupo familiar para la construcción de una pertenencia social donde el grupo de amigos funcionaría algo así como un espacio de transición posible para ello).
Algunas plataformas, como facebook, proporcionan en su sistema una idea de cercanía y esto ha dado paso al surgimiento de comunidades dadas por esos vínculos, interacciones, y relaciones tienen lugar en un espacio virtual.
El intercambio de mensajes entre sujetos crea lazos o los afirma y forja de esa manera un sentido de comunidad.
También la red, de una manera particular está promoviendo los medios para que pueda desplegarse de esos procesos y trabajos que –desde el psicoanálisis- reconocemos como propios de ese tránsito de la infancia a la adultez. El modo en que el adolescente atraviesa esta situación de relevo (el pasaje a la adultez) tomará causes epocales y desde esta contexto la amistad parece también posible en formato virtual. (Farres, Veloso, Dos Santos, 2016)
Se afirma esto porque uno de los aspectos más discutidos es si podemos asumir este tipo de relaciones que se dan en las redes sociales, dentro del título de “amistad”.
Si bien es cierto que no consideramos que todos los que aparecen mencionados en las redes sociales como “amigos” lo son en sentido estricto, también es cierto que no se encuentra razón alguna o no podemos afirmar de esta amistad que es de menor valor que la que se da de modo presencial, por lo menos en lo relativo a la amistad entendida ésta cómo “Aspecto personal, puro, y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”, según lo define el diccionario de la Real Academia Española.
La pregunta que nos hacemos es ¿El lazo amistoso ha perdido intensidad por el hecho de ser virtual?
Por otro lado, en este contexto, hacer nuevos amigos, hallar viejos amigos, intercambiar ideas, fotos, imágenes, música, lanzar frases, y distinguir estos aspectos con un “me gusta” tiene un valor subjetivo importante para los jóvenes. (Segovia, 2016)
A la vez, un aspecto que merece atención es que aún cuando el otro no pueda verlo se establece una relación con él a partir de una imagen creada por el sujeto. (Segovia, 2016). El algunas ocasiones el anonimato que recrean estas plataformas, permite al joven establecer una identidad ficticia, una creación fantaseada de lo que le gustaría ser y desde ahí poder relacionarse con otros y en esa relación hay algo de ficción. El mundo virtual posibilita la recreación de esa fantasía.
Lo que cabría analizar es cuál es el alcance o los límites que esto tiene cuando es a partir de aquella imagen que el joven viene erigiendo un sentido de identidad y pertenencia, cabría preguntarse por ejemplo hasta donde puede sostenerlo en los otros y en el mismo, y cuales son las consecuencias psíquicas, justamente porque es la imagen la que lo define.
Para muchos estar en la red es equivalente de existir. Una adolescente decía “Si no estás en facebook, para tus amigos no existís”.
Por otro lado, lo que proporciona la lógica de la red es que el joven puede tener exposición sin estar realmente expuesto, si crea la ilusión de ser seguido, aceptado, incluido (Segovia, 2016)
Otro aspecto, que proporcionan las redes es la plataforma donde construir un índice de popularidad. Para algunos se presenta como un mandato tener la mayor cantidad de amigos posibles, ser seguidos por muchos, recibir comentarios, likes, ser compartido. Uno de los capítulos de la serie Black Mirror, que se expone en Netflix, expone al extremo y de manera algo siniestra esta cuestión de la popularidad de las redes sociales de las que en un futuro podría llegar a generarse. Allí, los sujetos están definidos por un número que es su índice de popularidad del cual deben mantener, a cualquier precio y renunciando a ser genuino con los propios sentimientos. Este índice de popularidad va posibilitando o limitando seguir percibiendo beneficios o acceder a otros nuevos dentro de la escala social, en la amistad, a ser reconocido e incluso para mantenerse en el lugar de trabajo y acceder a atención en salud.
Uno de los aspectos mas movilizantes es que la interacción se encuentra mediatizada por la pantalla (screen). La mirada se vuelve a la pantalla y se aleja del rostro del otro, en algún punto, mostraría otros modos en la lectura de los afectos y de los elementos extralinguísticos que permiten la decodificación en la comunicación. Es un desafío comenzar a pensarnos desde estas conexiones posibilitadas desde lo virtual excluyendo la presencia física. La presencia se materializa a través de imágenes, fotos de perfil, emoticones, o palabras. (Farres, Veloso, Dos Santos, 2016)
Para aquellos que no están en contacto con la tecnología, la propuesta es no quedar ajenos al nuevo lenguaje en este contexto social y de relaciones personales y desde los adultos, comprender el mundo que habitan los jóvenes en día, aprender un nuevo lenguaje a través de estos dispositivos y que además, ya dejaron de ser fijos para transformarse en móviles permitiéndonos tener una conectividad todo el tiempo y en todo lugar.
Bibliografía:
Nosedive Ending en Black Mirrors, tercera temporada, capítulo 1, disponible en Netflix.
Cueto Emilia, Sintiere Alberto (Compiladores) (2016) El estadio del Screen. Incidencias de la virtualidad en la constitución del lazo social. Buenos Aires. Letra Viva. El Sigma.
Sibilia Paula (2012) ¿Redes o Paredes?. La escuela en tiempos de dispersión. Buenos Aires. Tinta Fresca.