Videoconferencia: La ciencia ficción que llegó a las aulas

Por Esp. Claudia Casariego >>

Hace algunos años atrás pensar en la posibilidad de comunicarse  viendo y escuchando a otra persona  en tiempo real,  sin compartir con ella  el mismo espacio físico, parecía un imposible, más bien  una escena propia de la saga “Volver al futuro” o  -para alguno de nosotros/as- de la entrañable familia de los “Supersónicos”,  sin embargo esas escenas  de ciencia ficción llegaron a nuestros hogares, más aún llegaron a nuestras  propias aulas.

La situación de emergencia sanitaria que sacude al mundo puso en juego habilidades y herramientas inexploradas para muchos en el ámbito de la educación. Las tecnologías digitales, la capacitación y la creatividad ocuparon un rol central y fueron acompañando estas inéditas circunstancias que sorprendieron a los mismos docentes,  quienes se descubrieron utilizando con mayor o menor destreza un sinfín de recursos digitales, quizá impensables hace un tiempo atrás,  pero que  sin dudas llegaron  para quedarse.

Entre estos recursos hubo uno que acaparó la atención de la mayoría: La videoconferencia. Hace algunos años atrás pensar en la posibilidad de comunicarse  viendo y escuchando a otra persona  en tiempo real,  sin compartir con ella  el mismo espacio físico, parecía un imposible, más bien  una escena propia de la saga “Volver al futuro” o  -para alguno de nosotros/as- de la entrañable familia de los “Supersónicos”,  sin embargo esas escenas  de ciencia ficción llegaron a nuestros hogares, más aún llegaron a nuestras  propias aulas.

¿Qué aportes puede hacer la videoconferencia al desarrollo de las clases no presenciales?

A través de la videoconferencia podemos escuchar las voces, ver los gestos, las expresiones de los participantes, podemos incluso tomar lista, compartir pantalla o mostrar un pizarrón, podemos evaluar en forma oral, transmitir videos y compartir archivos, entre muchas otras opciones. Es un recurso muy valioso, pero no hay que caer en la tentación de pensar que se puede reemplazar cuatro horas de clase presencial por cuatro horas de videoconferencia, tampoco podemos catalogar estas sesiones como “enseñanza virtual”. Sobre esto Ines Dussel  (2020) nos aclara:

“Hay mucho debate sobre si las clases de hoy son digitales, de educación a distancia o lisa y llanamente clases  ‘con lo que tenemos a mano’. Hay que ser conscientes de que para tener una clase virtual hay que empezar a prepararla mucho antes. Diseñar buenas plataformas, pensar los recursos que van a acompañar a los estudiantes, escribir las clases, filmar las clases, diseñar actividades y recién ahí uno empieza con las clases. Son meses de trabajo previo”-  y agrega-  “La mayoría de las veces pasa más por una cierta continuidad de lo que hacíamos en la escuela presencial a un contexto socio técnico diferente. Lo abrupto nos llevó a que tengamos que improvisar. No hay nada de malo en eso, hicimos lo mejor que pudimos”

El uso de la videoconferencia es un excelente complemento para la enseñanza a distancia, pero no reemplaza la clase presencial por varios motivos, entre ellos porque sostener la atención frente a la pantalla por más de dos horas implica un esfuerzo físico y de atención que termina afectando negativamente en el proceso de enseñanza aprendizaje. En un reciente artículo del diario digital el País, titulado “¿Por qué nos agotan psicológicamente las videoconferencias?”  los expertos entrevistados señalan:

“El lenguaje no verbal es el primer ingrediente de la comunicación oral, explica Yago de la Cierva, profesor de Dirección de Personas en las Organizaciones del IESE. Equivale a más de dos tercios de lo que se quiere compartir: le da la interpretación y el sentido. En una reunión mantenida por videoconferencia se ve muy limitado, y por otro lado, tenemos dos dimensiones en lugar de tres porque estamos sentados y quietos de ordinario y el control del espacio es importantísimo. Según este experto. La ausencia de esta tercera dimensión es la que desencadenaría, a la postre, un sobreesfuerzo psicológico.”

Con esto no queremos de ningún modo desalentar su utilización, sino más bien señalar el uso cuidadoso que requiere esta herramienta y no nos referimos a los riesgos vinculados con la  seguridad informática –ese es otro tema- sino a su dimensión  pedagógica.  Desde el Campus Virtual promovemos su integración complementándola con todo el potencial que nos ofrecen los recursos de  la plataforma en su modalidad asincrónica. Se pueden escribir y publicar  las clases  cada semana, se pueden grabar pequeños videos y/o audios explicando contenidos, se puede habilitar un foro de consultas y configurar distintas actividades en el campus, alternándolas con la programación de  videoconferencias.

Herramientas para realizar videoconferencias

Las opciones disponibles para realizar videoconferencias son muchas y conforme avanza el confinamiento y la cuarentena en distintos lugares del mundo, proliferan o se actualizan distintas aplicaciones para realizar los videoencuentros, tal es el caso por ejemplo de Instagram o Whatsapp que en un inicio permitía la participación hasta de 4 personas y ahora permite iniciar videollamadas con hasta 50 a través de  Messenger Rooms. Zoom inició con mala prensa frente a situaciones de inseguridad que rápidamente resolvió para convertirse luego en una de las más exitosas, al punto que muchos usuarios hablan de “hacer un Zoom” para referirse a una videoconferencia. Meet tampoco se queda atrás en el podio de las favoritas, la app de Google viene prorrogando la duración de sus sesiones de 60 minutos en los planes gratuitos desde el año pasado y hasta marzo de 2021 -no se sabe al momento de publicar este artículo si volverán a prorrogarlo- convirtiéndose para muchos en una muy buena opción. Y si hablamos de gratuito no podemos dejar de mencionar Jitsi Meet, la app  de código abierto que no presenta limitaciones de tiempo ni límite en el número de participantes, pudiendo entrar tantos como lo permita la potencia y el ancho de banda del servidor.  Su uso es sencillo, sólo entrar en la web sin necesidad de registrarse  y escribir un nombre de sala para crearla o unirte a ella.

En la plataforma Moodle del Campus Virtual de la UNLa se está comenzando a incorporar Jitsi Meet a las aulas virtuales en instancias de clases y exámenes. ¿Cuál es la ventaja? Que al estar alojado en nuestro  campus cuyo dominio es .edu no consume datos  a los participantes,  además de garantizar la privacidad por encontrarse dentro del aula virtual a la que se accede únicamente con usuario y contraseña previa matriculación. Sin embargo, también es posible combinar la utilización de otros sistemas de videoconferencias por fuera de la plataforma con el trabajo en las aulas virtuales.

Sabiendo la importancia de tan potente recurso, el campus virtual UNLa viene proponiendo desde el año pasado el Microtaller de “Videoconferencias”, para el personal UNLa en el marco del Programa de capacitación docente (PROCADO).

 

Por otra parte en la sección “Tutoriales” de nuestro sitio web  encontrarán videotutoriales de las aplicaciones más usadas para realizar videoconferencias.

No sabemos con exactitud cuánto tiempo más se mantendrá la educación no presencial en este contexto sanitario, lo que sí sabemos, en palabras de Francesc Pedro, es que muchos docentes “Hemos aprendido en este tiempo lo que hubiéramos aprendido en diez años en otras circunstancias”. Celebramos este aprendizaje y seguimos apostando a la capacitación y el crecimiento de nuestros docentes quienes en su mayoría, han encontrado en los recursos digitales que brinda el Campus virtual un aliado para sostener la continuidad pedagógica.

 

Referencias

Inés Dussel, (2020) “La formación docente hoy: entre atender la emergencia y pensar nuevos horizontes” Videoconferencia transcripta. Disponible aquí

Diario digital “El Pais” (mayo 2020)  ¿Por qué nos agotan psicológicamente las videoconferencias? Artículo disponible aquí

xataka.com (junio 2020) “WhatsApp Web ya permite iniciar videollamadas con hasta 50 personas en Messenger Rooms: así funciona” Disponible aquí